Luego de ver la mini serie en Netflix y amarla por completo, me tenía muy emocionada leer el libro, y este mes llegó a librerías Chilenas Gambito de dama, gracias a la editorial Penguin Random House.
Beth Harmon de ocho años se queda sin familia tras un accidente, por lo cual es llevada al Hogar Methuen en donde vive por varios años a la espera de que alguna familia la adopte. Dentro del Hogar conoce a Jolene, al señor Fergussen y al señor Shaibel. Este último es quien le enseña a jugar ajedrez y se da cuenta de su fantástico don.
"Para algunas personas el ajedrez es un pasatiempo, mientras que para otras es una compulsión, incluso una adicción. Y de vez en cuando surge una persona para quien es un derecho de nacimiento"
La historia principalmente nos cuenta la vida de Beth y la manera en que enfrenta la vida mientras estuvo en el Hogar y cuando salió de el. A Beth le gusta mucho el ajedrez y tiene capacidades innatas para jugarlo, y con el paso del tiempo se va dando cuenta que realmente es lo único que tiene. El personaje de Harmon es increíble, debe luchar constantemente contra sus propios demonios internos, es autodestructiva, inestable y comienza a tener adicciones de muy pequeña, por ende el ajedrez es lo único que le da confianza y esta segura de poder controlar. Hay un contraste bien interesante con Beth ya que cuando no está jugando al ajedrez se siente mínima, pequeña e invisible, en cambio cuando está jugando se siente realmente poderosa y capaz de cualquier cosa. Es adicta a ganar y sabe que es un genio, el don que tiene hace que su cerebro sea muy veloz en comparación a los demás, pero eso también la hace enloquecer y el no poder controlarlo la lleva a tener una personalidad adicta, ya que al consumir pastillas o alcohol la tranquiliza y hace que su mente se despeje y se calme.
"Ella no tenía ningún interés en la deportividad. Quería jugar y ganar. Quería ganar más de lo que jamás había querido nada"
De todos los personajes mi favorito es Benny, tiene una personalidad fría y distante, pero en el fondo es muy parecido a Beth, y por lo mismo sienten una gran conexión, ya que sus mentes piensan casi de la misma manera y Benny es un gran apoyo para Beth a pesar de todo. También adoro con todo mi corazón al señor Shaibel, a pesar de ser tosco en su trato hacia Beth hay una escena hacia el final que me destrozo por completo y nos da a entender la admiración que sentían el uno hacia el otro.
A lo largo de la historia nos encontraremos con varias partidas de ajedrez, son bien descriptivas y con varios tecnicismos, pero eso no impide que entendamos lo que está sucediendo, ya que el autor nos ayuda y nos da indicios de lo que está pasando. Hay mucha tensión en los juegos de ajedrez, el autor tiene una gran capacidad para mantenernos alerta en esos momentos y no poder parar de leer hasta saber si Beth ganará o no.
"Lo que ella hacía en el fondo era sorprendentemente trivial, pero la energía de su mente maravillosa chispeaba en la sala para aquellos que sabían escuchar"
Sinceramente creo que jamás hubiera leído Gambito de dama si no hubiera visto primero la mini serie, ya que no es un tema que me llame la atención, pero el trasfondo que tiene y su personaje principal son tan interesantes que la serie me cautivó y el libro aún más. Lo cautivador es que la historia no es solo ajedrez, sino el precio que hay que pagar por ser una persona brillante, ya que nos encontraremos con personajes muy buenos, pero ninguno con la complejidad de Beth, en todo sentido.
Muy buena la sinopsis del libro ! Lo mismo me ocurre , ahora que ví la serie quiero leer el libro. Saludos .
ResponderBorrar¡Hoolaaaa!! Ayyy, estoy re tentada con este libro :) No lo conocía de antes, pero vi la serie con una amiga y me gustó un montón así que claramente ahora tengo muchas ganas de leerlo para ver si proporciona nuevas perspectivas o escenas que no salieron en la serie.
ResponderBorrar¡Gracias por la reseña y que genial que te haya gustadooo!
¡Nos leemos!
¡Hola!
ResponderBorrarMe alegra que hayas podido disfrutarlo mucho.
A mi la serie ni el libro me llaman, pero no los descarto.
¡Un beso!